Para bucear en cualquiera de las Reservas Marinas españolas es necesario, desde mediados del año 2017, pasar antes unos sencillos test prácticos, pensados para la seguridad del buceador y también del entorno. Estos test son sencillos y cualquiera que haya realizado un curso de buceo recreativo debería ser capaz de hacerlos sin mayores problemas.